NO AL RADAR DE MONTAÑA BLANCA

La negativa del Ministerio de Defensa a seguir colaborando con AENA (Aeropuertos nacionales) en las tareas de control de los aviones en fases de ruta y aproximación al aeropuerto de Guacimeta representa un serio reto al movimiento ecologista y la población conejera. El propósito de AENA de ubicar en Montaña Blanca un radar secundario que realize ambas funciones encontró desde un principio la oposición de los vecinos de Tías y San Bartolomé, organizaciones de diverso tipo, de todas las instituciones municipales y del Cabildo Insular.

Mostramos nuestra oposición al proyecto por el incumplimiento de las Normas Subsidiarias de San Bartolomé, el PIOT de Lanzarote, que considera Montaña Blanca como suelo rústico no urbanizable, el artículo 27 de la Ley de Espacios Naturales de Canarias de 1994 y el 63.1 de las Leyes de Ordenación del Territorio y Espacios Naturales, además del impacto visual generado en el Paisaje Protegido de La Geria.

Desde Ben Magec se planteó la conveniencia de instalar sendos radares secundarios de aproximación, como en los aeropuertos de Gran Canaria y Tenerife Sur, continuando con el uso civil de las instalaciones de Peñas del Chache. Esta alternativa, más costosa pero inocua desde el punto de vista medioambiental, no ha encontrado eco en los pronunciamientos del responsable de AENA en la isla, Antonio Rodríguez y del máximo abanderado a favor del radar, Cándido Reguera, diputado del PP.

¿Existe realmente algún peligro para la aviación civil en Lanzarote? Rotundamente no. Ni existen zonas de penumbra o interferencias, ni la actual densidad de tráfico (una media diaria de 100 vuelos para un máximo de 289) sugiere ningún riesgo. Así lo han expresado representantes del SEPLA y fuentes no oficiales de AENA. No existe razón alguna de carácter técnico que justifique la salida de AENA de Peñas del Chache para ocupar otros 24.000 m2 de suelo conejero, enemistándose con los habitantes de Lanzarote y todas las instituciones.

¿Qué justifica el radar de Montaña Blanca? Exclusivamente la necesidad de buscar un enclave de características similares a Peñas del Chache desde el que poder realizar las tareas de seguimiento en ruta y aproximación con la libre disponibilidad que el Ejército ahora niega. Ni siquiera una más que dudable privatización de los servicios de control aéreo justificaría una intervención en este sentido.

Definitivamente, sólo en el constante desprecio a nuestro entorno natural anida un proyecto como el que se pretende para Montaña Blanca. No podemos sino preguntarnos qué significan estas pequeñas islas en los planos donde se diseña nuestro futuro. Acaso simples estorbos.

Fuente: http://www.benmagec.org/islas/lanzarote/montanablanca.html